La salud es tan mental como lo es física. Es una frase que vemos y leemos y re leemos y nos hace sentido. Pero ya la hemos visto tantas veces que, es probable que, su significado ya esté bastante diluido o compartimentalizado.
Hoy con mucha humildad voy a compartirte que estoy preocupada. Después de aplazarlo por 3 meses, por fin, decidí hacerme unos estudios de rigor que me pidieron mis doctores. A muy poca gente le he compartido este proceso, pero llevo ya casi 3 años en observación por diferentes sospechas médicas. Por lo que hemos ido acumulando de información, nada ha resultado ser alarmante, pero no son cosas que se puedan ignorar. Y vaya que lo he intentado :S oops! Es curioso cómo ni siquiera aquí me atrevo a escribir exactamente lo que me sucede, pero es en parte porque este escrito no se trata de eso.
No sé si te ha pasado que sientes que algo en tu cuerpo ha cambiado.
"¿Ese lunar ya estaba ahí?" "¿Es normal esto que siento al orinar?" "Ya llevo rato con ese temblor en la mano." "Ya me regresó ese timbrecito agudo que escuchaba en el oído."
Esa tortura interna que crees que, si no mencionas, se va a ir tan sigilosamente como llegó. Pero no se va. Pasa el tiempo y sigue ahí, sigue cambiando de color, de tamaño, de intensidad o de frecuencia hasta que tú decides que ya lo escuchas como el corazón delator de Edgar Allan Poe y te atreves a decirlo en voz alta. No vas al doctor, nooo. ¿Cómo crees? ... Nada de eso. En lugar de eso, le confiesas tu sospecha a alguien cercano; un familiar, tu pareja, tu mejor amigx. Listoooo, fuera de tu sistema. Ya lo soltaste al Universo y ahora alguien más es (involuntariamente) corresponsable de tu falta de acción. Ahora, cada vez que le platicas a esa persona: "Oye, esto sigue cambiando.. Ahora sí me preocupé", esa persona te contesta: "¿Y ya hiciste la cita para ir a revisarlo?". Lo que significa que ya estas activamente resolviendo el problema. ¿Cierto? Falso. Después de ese generoso intento de tu cómplice (el cual, recordemos que, no pidió esa promoción de puesto), tú procedes a explicar cualquier excusa que suena lo suficientemente convincente para que los dos pretendamos creer que esa es la razón por la que no has ido a consultar con un profesional. *wink wink*
¿Por qué somos así? ¿Qué es esta danza o ritual de resistencia al cuidado de la salud que tenemos tantos de nosotros?
Cada vez que he tenido que hacer los estudios correspondientes durante estos tres años, busco la manera de aplazarlos. He consultado con ginecólogas, radiólogos, hematólogo y tenido valoración de oncólogo y, en todos ellos, el suplicio es el mismo. "Esto me hace ruido, vamos a observarlo, a pedir estudios. No es nada grave, se llama 'inserte aquí nombre de cosa pseudo benigna que hace cosas raras en tu cuerpo, pero no es nada', pero vas a necesitar estar en observación cada 6 meses". Nunca se acaba. Nadie me da de alta. Nadie me da un diagnóstico. A veces el cuerpo es así. *suspiro*
El punto de compartir este pensamiento no es hablar del cuerpo. Ciertamente no intento hablar del mío; sino de TODO lo que mi mente estuvo haciendo mientras yo me preocupaba (y no me ocupaba) por mi cuerpo. Justo en este instante, estaba indecisa sobre escribir o borrar el párrafo anterior porque me inquieta la posibilidad de alarmar a personas que me importan. "No es como que me estoy muriendo, y realmente no es nada", "Y si no es nada ¿lo van a interpretar como que estoy pidiendo atención o haciendo drama donde no lo hay?"
Todo esto pasa por mi cabeza como rayo pero, si de algo tengo certeza, es que no hay una sola persona que espere los resultados de estudios clínicos sin estarse carcomiendo de expectativas y nervios por dentro. Y creo que eso es suficiente razón para ser vulnerable y recordarte a ti, si estás viviendo esto, que no estás solx.
No tienes que esperar a tener un diagnóstico en tus manos, o un resultado grave, o una enfermedad para decirle a los tuyos que tienes miedo o que estás nerviosx por la espera en la incertidumbre. Esa angustia es suficiente, es valiosa y es digna de ser acompañada.
También escribo esto para recordarte que sí, la salud cuesta, pero la enfermedad cuesta mucho más. A veces nos resistimos a hacer ese estudio porque es un gasto significativo y "como quiera no me va a decir lo que tengo". Pero la factura se acumula de todos modos en la mente y en cada célula de nuestro ser. El estrés que almacenamos por pensar en eso y luego tratar de ignorarlo tiene implicaciones cardiovasculares, del sueño, de la memoria, de digestión, sexo-afectivas y muchas otras. Sin mencionar que el postergar la misma condición fisiológica que se está presentando tiene sus propios efectos acumulativos. Lo mismo pasa al ignorar las sospechas de enfermedades mentales. El cuerpo se da cuenta y también presentará sus facturas por ahí.
Momentos en que recordé que la salud es frágil y no debe darse por sentada.
¿Cuál es la verdadera razón de tanta resistencia? ¿Es miedo? ¿Dinero? ¿Cultura? ¿Lo complicada que hemos hecho la vida; que creemos que cualquier interrupción a la rutina desajusta todo? ¿Todas las anteriores?
No sé cuál sea la razón, pero lo que sí se es que Glennon Doyle tenía razón cuando dijo que "gran parte de nuestro sufrimiento existe en el espacio que está entre Saber [qué hacer] y Hacer[lo]" . Si logramos comprimir el tiempo que hay entre esos dos puntos, podremos también evitar mucho sufrimiento. Considera este tu sutil recordatorio de ponerte a ti como el primer punto en tu lista de pendientes de esta semana. Y si en algún punto del proceso tienes miedo, estoy contigo.
Ps. mis resultados salieron bien, todos dentro de rango normal. Gracias por tu interés. Tal vez, nos veamos en la próxima danza dentro de 6 meses, si es que no he aprendido mi lección jajaja.
La eterna espera de resultados es terrible y más si no lo compartimos porque “igual y ni es nada” o “mejor me espero a tener los resultados y la certeza de que me esta pasado“
A veces esto desgasta más que la enfermedad en si, sobre todo en estos tiempo que ante cualquier síntoma eres positivo hasta demostrar lo contrario 😅 y mientras esperas ya estás haciendo la lista mental de las personas que conviviste y a las que tendrás que avisar en caso de salir positiva la prueba, que estrés se siente en ese momento.