Buscando mi identidad, mi pasión y cómo presentarme ante el mundo.
Pues se llegó, por fin, el tan ansiado inicio de otro año por el que todos estábamos rogando. Puede parecer que no ha cambiado gran cosa, y por una parte es verdad. Como ya he platicado en otras plataformas, un año nuevo es solo una vuelta más al Sol. Pero, como sabemos, los círculos no tienen principio ni fin. Por siglos, la humanidad se las arregló de mil maneras para inventar donde empieza y termina cada año hasta que un día se pusieron de acuerdo las distintas civilizaciones (quizás de maneras no muy "civilizadas" que digamos) y en caaasi todo el mundo lo marcamos el 1 de Enero.
Aunque en el exterior no se perciba un gran cambio, es inevitable percibir en el aire un aroma de esperanza e ilusión que no se había sentido en un buen tiempo. Y ese es el verdadero cambio.
Dentro de muchos de nosotros, se reinicia la vida con una dosis de apapacho familiar, merecido descanso y muy buena comida. Estos estímulos sirven de impulso para lanzarnos a retomar nuestras metas, sueños y proyectos con un espíritu renovado (en el mejor de los casos, obvio. No pretendo generalizar ni idealizar esta época para nada).
Para mí ese impulso se traduce en este sitio. Mi preciosa Brené Brown (a quien seguro citaré millones de veces en este espacio) dice que:
"otra cosa que se interpone en el camino de trabajo con propósito es el esfuerzo [agotador, si me permiten agregar] de definir honestamente quiénes somos y qué hacemos" (2010).
Y por MUCHO tiempo ese ha sido un conflicto con el que he tenido que lidiar.
En una ciudad industrial como la de Monterrey existe una presión, a veces asfixiante, de definirte por tu trabajo. Mientras más reconocida la empresa más probabilidades hay de que sigan escuchando tu respuesta cuando te pregunten: "¿A qué te dedicas?".
Pero la realidad es que, si ponemos atención, nos DEDICAMOS, es decir, ponemos dedicación, esmero y pasión en MUCHAS cosas. Es imposible responder con un título universitario y esperar que eso complete los espacios en blanco del resto de quienes somos.
Y, si bien, yo sé que, en muchos casos, es solo un iniciador de conversación, también es cierto que, culturalmente, ha tomado el rol de ser un etiquetador.
Y tú, ¿a qué te dedicas?
Pues Brené, en su libro de Los Dones de la Imperfección, hace referencia al Nuevo Modelo para el Éxito de Trabajo/Vida de Marci Alboher (2009) en el que se puede ser Una Persona/Múltiples Carreras.
Precisamente por esa reflexión estoy aquí hoy. Yo estudié Economía, pero eso dice tanto de mí como la pasta de dientes que uso. Nunca he podido quedarme quieta en una caja, no es para mí. Pero por mucho tiempo lo he permitido. Cuando no tenía la reacción que esperaba por no ejercer economía y decir que era maestra, me apresuraba a decir la prestigiosa institución en la que estaba para compensar esa decepción. Cuando esa respuesta ya tampoco me definía me apresuraba a mencionar que era maestra particular, aunque realmente estaba explorando las artes. Y así sucesivamente.
Hay tantas cosas que quiero probar, que quiero explorar… y en las que seguro voy a tronquear; pero no quiero seguir tratando de definir quién soy por los parámetros de una cultura que piensa que crecer se ve como una línea hacia arriba en lugar de un halo que se expande hacia tooodas las direcciones y en millones de planos distintos.
Bienvenidos a mi pequeño rincón del internet. En el que, Un Día a la Vez, planeo compartir los hallazgos y tropiezos de probar todas las cosas que me inspiran y apasionan: Pintar, escribir, dibujar, actuar, construir, renovar, organizar, cocinar, cantar, bailar y CREAR. Aquí vas a encontrar a una persona que va a definirse por un sinfín de tarjetas de presentación y un lugar donde todos los que quieran esa misma libertad son más que bienvenidos.
Sé que no es fácil aceptar quienes somos cuando no es lo que vemos en la mayoría de quienes nos rodean, pero estoy convencida de que vale la pena intentarlo. ¿Quién sabe?… tal vez de aquí salga un escultor/astronauta/paseador de perros/que conduce un Uber.
Vamos a descubrirlo Un Día a la Vez.
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